Marchena hacia el Exterior

Imagen bodegón con molletes

La joya "cuadraíta" de Marchena


El horno lo fundó en el año 1812 Antonio Luque, el bisabuelo de los Reina Corpas y desde entonces se mantiene a cargo de la misma familia, en la misma casa y con el mismo horno que continúa funcionando y horneando los molletes 200 años después.Lo alimentan con leña de olivo.El horneado dura muy poco, cuestión de minutos y la corteza sale ligeramente crujiente y con algunos puntos dorados. Sólo elaboran molletes al estilo de Marchena. Son cuadrados de forma, con la miga muy alveolada y esponjosa y recubiertos con ajonjolí. La elaboración es artesanal y la producción se acaba cada día. Desde el despacho se puede ver cómo amasan los molletes y cómo los hornean. De hecho una de las tradiciones del local es llevárselos calientes.

En la puerta del obrador, situado en el número 34 de la calle Cantareros, apenas una pequeña placa indica que estamos en el horno…para descubrir el tesoro hay que entrar para dentro.

Cada uno de los cuatro hermanos que regentan el establecimiento tiene su tarea encomendada. Rafael es el encargado del reparto para que los molletes lleguen puntuales a los bares de Marchena para el desayuno. Manolo se ocupa de hacer la masa, Mari Carmen despacha el género y Antonio es el que maneja el horno.

El único detalle “2.0” del establecimiento está en un máquina que hay para cobrar a los clientes.De esta manera los panaderos no tocan el dinero y queda descartado cualquier riesgo de contaminación del milagro “cuadrao” de Marchena.

Los Reina Corpas han logrado crear en la ciudad el “turismo molletero”, una variante del turismo gastronómico, pero con más miajón.

El gran trofeo de estos artesanos es ver las colas de personas que se acercan para probar la “joya cuadraita de Marchena”.


imagen horno de leña
 imagen mollete
imagen mollete abierto
 image mollete con manteca